Durante la II República, tanto la aviación como la fuerza naval tuvieron que adoptar los cambios de la bandera nacional del actual régimen. La anterior escarapela era la bicolor y para ceñirse a la nueva bandera, modificaron el círculo central que pasó a ser de color morado. Igual ocurría con la bandera del timón de dirección de los aviones.
Durante el conflicto civil, ambos bandos usaban los mismos aviones con las mismas identificaciones, lo que produjo muchos "incidentes" por fuego "amigo", y por supuesto bajas mortales.
Fue por ello, por lo que se decidió establecer un sistema para identificar los aviones de unos y otros. Los Republicanos pintaron una banda ancha roja en el fuselaje y en los planos, conservando la bandera tricolor. Por el contrario, el bando nacional procedió a tachar las escarapelas y banderas con una banda de pintura negra, naciendo así la cruz de San Andrés. Además, se ordenó pintar de blanco el timón de dirección y el aspa negra de San Andrés.
Estos distintivos tuvieron, al principio, diversas variantes, y así, los primeros aviones italianos utilizaron en el fuselaje tres bandas negras paralelas.
Ya en los meses finales de la guerra se pintaron, en el círculo negro del fuselaje de los aviones nacionales, el yugo y las flechas de la Falange.
Con la llegada de la paz, el Ejército del Aire conservó la cruz de San Andrés en el timón y recuperó la escarapela bicolor, distintivos que persisten en la actualidad.
Fuente: Atlás ilustrado de la Aviación en la Guerra Civil Española. Equipo Susaeta. Autor: Rafael A. Permuy López